domingo, 28 de junio de 2009

In A Dark Way

Y la oscura noche abarcó en sus ojos. Dejando que ningún rayo de luz penetrara en su interior. Poco a poco, su vida se desvanecía, al igual que cuando intentas atrapar el agua con tus manos y se vierte al suelo, dejando tus manos húmedas, recordando que hace unos segundos podías tocar el agua. Pero al final, es sólo eso, un momento efímero, cómo la felicidad. Nada permanece en su original estado, todo sigue su curso.

No había ninguna puerta que estuviera abierta, y el camino era tan oscuro, que ni siquiera podía con sus manos palpar la pared, para guiarse. No había indicios de supervivencia en ese lugar.
Y, ¿como podía pedir ayuda sin que nadie entrara en su vida? No quería arruinar el camino de los demás, o más bien dicho, sabía que cada uno debía seguir su propio camino. ¿Que culpa tenía que el suyo fuera tan oscuro? ¿Y si se rendía? Hay personas que no son lo sufientemente fuertes como para aguantar tal peso. Y lo sabía. Sabía que no podía. Pero también tenía miedo a morir. O tal vez, miedo de no saber que podía pasar si no seguía. Siguió su camino, oscuro y sin fuerzas, en busca de alguna luz. ¿La encontraría? No lo podía saber. De todos modos, era demasiado débil como para esperar a la muerte en el suelo.

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