domingo, 28 de junio de 2009

In A Dark Way

Y la oscura noche abarcó en sus ojos. Dejando que ningún rayo de luz penetrara en su interior. Poco a poco, su vida se desvanecía, al igual que cuando intentas atrapar el agua con tus manos y se vierte al suelo, dejando tus manos húmedas, recordando que hace unos segundos podías tocar el agua. Pero al final, es sólo eso, un momento efímero, cómo la felicidad. Nada permanece en su original estado, todo sigue su curso.

No había ninguna puerta que estuviera abierta, y el camino era tan oscuro, que ni siquiera podía con sus manos palpar la pared, para guiarse. No había indicios de supervivencia en ese lugar.
Y, ¿como podía pedir ayuda sin que nadie entrara en su vida? No quería arruinar el camino de los demás, o más bien dicho, sabía que cada uno debía seguir su propio camino. ¿Que culpa tenía que el suyo fuera tan oscuro? ¿Y si se rendía? Hay personas que no son lo sufientemente fuertes como para aguantar tal peso. Y lo sabía. Sabía que no podía. Pero también tenía miedo a morir. O tal vez, miedo de no saber que podía pasar si no seguía. Siguió su camino, oscuro y sin fuerzas, en busca de alguna luz. ¿La encontraría? No lo podía saber. De todos modos, era demasiado débil como para esperar a la muerte en el suelo.

sábado, 20 de junio de 2009

Pensamientos.

Otra vez de nuevo, la noche cae en mis ojos.
Otra vez de nuevo, esas raras preguntas vuelven a invadir mi mente.
¿Quién soy?
¿Que hago aquí?
La verdad, hace tiempo que he perdido el interés por encontrar respuesta, ya que soy incapaz de hacerlo.
Pero hay veces que, cómo hoy, el dolor se hace dueño de mi corazón, haciéndose cada vez más y más pesado.
¿Estoy bien?
No lo sé.
También he perdido el interés de encontrar la respuesta a esa pregunta.
¿Qué es lo que me hace sentir así?
Supongo que ser humana. Todo el mundo se siente así alguna vez.
Ni siquiera tengo ganas de llorar, no creo que sea necesario.
No me siento mal, pero tampoco bien.
Ya estoy acostumbrada a soportar este peso en mí misma.
Son tantos meses los que han pasado que mi corazón dejó de latir con tanta intensidad, que ya me he acostumbrado a sentirme así.
Si, supongo que es algo habitual.
Escribo sin pensar.
Escribo sin buscar respuestas.
Escribo sin esperar que nadie me entienda.
Cómo siempre.
La oscuridad vuelve a ser dueña de este corazón.
La noche vuelve a posar sobre mis recuerdos.
El frío se adueña de este cuerpo, aunque pronto será verano.
Aunque la brisa entre por mi ventana, un aire caliente... Yo siento frío.
Ahora mismo, no me importaría morir.
Ahora mismo, no me importa nada.
Nada de nada.
No busco respuestas.
No busco una salvación.
No busco nada.
Vivir por vivir.
Luchar por luchar.
Escribir para nada en concreto.